El contacto como ritual mágico
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El contacto con el entorno y con los seres vivientes ha sido motivo de estudio desde milenios atrás, ya que es un aspecto muy complejo de la vida. Hay diferentes formas de comunicarnos, a través de los sentidos cognitivos, la vista, escucha, tacto, gusto y olfato (comunicación desde afuera hacia nosotros). Otra forma es a través de los órganos de la acción, lengua, manos, pies, ano y genitales (comunicación desde nosotros hacia afuera). También se puede establecer una comunicación no física, por medio del sentido perceptivo, con conocimiento y práctica.
Estamos en una época donde muchas personas intentan establecer sus conexiones hacia el cosmos, y eso es beneficioso para el ser humano, pero estas conexiones darían más resultado si primero se comienza desde lo más cercano hacia lo más distante, es decir, las personas se quieren relacionar con el Universo distante, sin relacionarse antes con lo más cercano, la tierra por ejemplo, tomando en cuenta como tierra, el espacio justo debajo de nuestros pies, esos 50 cm cuadrados de espacio. De esta forma se puede ir fortaleciendo cada contacto.
Cuando se habla de conexión, no tiene que ver con la distancia entre las partes, pero este concepto ha cambiado con la era virtual y tecnológica. Se puede estar cerca de una o varias personas, sin importar a qué distancia se encuentren uno del otro, también puedes disfrutar de un paisaje hermoso sin estar allí. Aclarando que ciertamente hay una gran diferencia entre el contacto presencial y el virtual, pero es comprobado que se generan casi los mismos efectos internos en ambos casos. Para nuestra mente no hay diferencia entre la experiencia presencial o virtual.
Si hablamos de las relaciones con otros seres humanos entraríamos en profundidades ilimitadas para la cual casi siempre no se está preparado. Es por ello que comenzar a relacionarse y conectar con la naturaleza, y sobre todo con los reinos elementales, estaríamos dando avances incalculables, que nos van a permitir resolver con mayor facilidad la comunicación y conexión con todo lo demás.
Un buen comienzo sería buscar la forma de tener contacto más frecuente con los elementos. Por ejemplo, el contacto con la tierra, ¿cada cuánto te descalzas y caminas por la tierra o desde cuándo no has abrazado un árbol? quizás poco o nunca. Con el elemento agua, ¿cada cuánto te regalas un baño consciente, que no sea de aseo personal sino de placer y conexión con el agua? quizás poco o nunca. Referente al aire, ¿desde cuándo no vas a un lugar apartado y respiras aire puro? quizás poco o nunca. Y contemplar un fuego, o por lo menos la llama de una vela. Éstos son valiosos recursos con los que todavía contamos, pero que poco utilizamos.
Estos sencillos rituales mágicos, por llamarlos de alguna manera, son los rituales intrínsecos o naturales del Ser, que te llevarán a alcanzar una conexión mayor con todo lo existente, cerca o distante, micro o macro, finito o infinito. Tomando en cuenta que contenemos todos los elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra) no hay mejor comienzo para tener una mejor comunicación que la conexión y comunicación con uno mismo.